Santa Lucía

TITULO OFICIAL

Hermandad de Santa Lucía

FICHA

Sede canónica: Ermita de Santa Lucía

Número de Hermanos: 

Año de Fundación: 

Imagen: Se trata de una imagen moderna de aproximadamente un metro de altura que nos presenta a la Santa vestida de romana portando la palma de martirio con su mano derecha y su atributo mas característico: los ojos sobre una bandeja, en la izquierda.

HISTORIA

Transcurría el año 1964 cuando un grupo de modistas y costureras de la ciudad de Alcalá de Henares con fe y devoción a su patrona de Santa Lucía, se juntaban todos los días 13 de cada mes, a primera hora de la mañana para ir a escuchar misa, y después se incorporaban a sus quehaceres en sus talleres de corte y confección.

Poco a poco se iría incrementando la fe y devoción a la Santa y asesoradas por el Deán de la Catedral que las animó y ayudo para que hiciesen una pequeña asociación de fieles en honor a La Santa, fue una respuesta bastante importante por parte de los fieles complutenses, hasta el punto de poder hacerse con un solar para rendir culto más si cabe a la misma

Fue tan grande la respuesta por parte de los Alcalaínos, que la asociación se hizo con el solar que fue la primera casa Consistorial de esta ciudad lo que hoy se la conoce como la (Capilla de Santa lucia) primer concejo de Alcalá de Henares.

La fiesta de Santa Lucía se celebraba tradicionalmente hacia el 13 de diciembre con la realización de una gran hoguera popular, constituyéndose por ello en una de las manifestaciones festivas más remotas y antiguas de la ciudad complutense. Es probable que el motivo de esta celebración con hoguera tenga su origen en la conmemoración del martirio de Santa Lucía en una hoguera ante su negativa a renunciar a su fe cristiana en tiempos romanos, lo que entronca a simple vista con el martirio de los Santos Niños Justo y Pastor, patrones de Alcalá. También es posible que la festividad tenga origen pagano en consonancia con la celebración del solsticio de invierno, como símbolo de cambio de ciclo con la quema y destrucción de lo viejo, antiguo o indeseable.

La fiesta perduró hasta las décadas de los años 60 ó 70 del siglo pasado, recuperándose en 1992 de la mano de la Asociación Cultural Hijos y Amigos de Alcalá a instancias del cronista de la ciudad, el fallecido José García Saldaña, quien incluso señaló el punto exacto en el que se realizó hasta 1960 y cedió a la entidad la vara con la que se atizó aquella última hoguera. Hoy en día se nombra un "fogonero o fogonera mayor" que enciende la hoguera, como reconocimiento por haber realizado algo positivo y bueno para la ciudad, e igualmente se proclama un "trasto a quemar" como símbolo de eliminación de un mal hecho o mala propuesta acaecida durante el año para la ciudadanía alcalaína. El trasto se lleva en comitiva por la calle Mayor, para dirigir a todos a la hoguera, y esta comitiva está acompañada por dulzaineros, venidos de diferentes lugares, para un encuentro de Dulzaineros y Tamboriteros organizado por el grupo de música tradicional Pliego de Cordel.

Se estima que Lucía nació en Siracusa, Italia, en el 281 de nuestra era. Siracusa era una importante ciudad griega que fue tomada por los romanos en el 212 y era considerada una de las más importantes de la provincia de Sicilia.

El cristianismo había llegado a través del obispo Marciano, enviado por San Pedro. Y San Pablo estuvo allí tres días de paso hacia Roma. Cuando nació Lucía, la comunidad cristiana era numerosa y había en el lugar templos y catacumbas.

Lucía pertenecía a una familia que provenía de la nobleza terrateniente. El padre murió cuando tenía cinco años. Su madre se llamaba Eutiquia.

Los cristianos del lugar peregrinaban todos los años a la ciudad de Catania, para venerar los restos de Santa Águeda, que había muerto en el 251, durante le persecución de Dedo.

Santa Águeda era venerada por los cristianos, pero sobretodo era muy conocida por los numerosos milagros que había operado. El 5 de febrero de 301, fiesta de la santa, Lucía y su madre peregrinaron hasta Catania para rogar por la curación de Eutiquia que sufría de hemorragias desde hacia cuarenta años.

En el templo Lucía se durmió y en sueños se le apareció Águeda diciéndole: "Lucía, ¿por qué me pides lo que tú misma puedes conceder? Tu fe ha alcanzado gracia y tu madre está curada". Al despertarse, Lucía le contó a su madre el sueño y Eutiquia descubrió que estaba completamente curada.

El suceso sirvió para que madre e hija iniciaran una relación más estrecha. Lucía le confió que había decidido consagrarle su vida al Señor y Eutiquia le anticipó que había decidido dejar en sus manos su cuantiosa fortuna.

A su regreso, Lucía comenzó a vender sus bienes y a repartirlo entre los pobres. El hecho fue interpretado por las autoridades como un claro indicio de que Lucía se había hecho cristiana.
Un joven que había manifestado su intención de casarse con Lucía y que no fue correspondido, se dejó llevar por su resentimiento y la denunció ante el prefecto.

Pascasio era quien gobernaba Siracusa. La detuvo y cuando la comenzó a interrogar, Lucía le dijo: "Usted trata de agradar por todos los medios al emperador y yo pongo lo mejor de mi para agradar a Dios. Haga lo que tenga que hacer que yo me comportaré como dicte mi espíritu".

Pascasio dispuso que la atormentaran a lo cual le dijo Lucía: "Dios ha dicho: Cuando los conduzcan ante los reyes y antes los tribunales de los príncipes no se preocupen de qué dirán o cómo se habrán de defender, porque entonces no hablarán ustedes; será el Espíritu Santo el que hablará por boca de ustedes".

Pascasio se enfureció diciendo: "Te llevaré a un lugar de perdición así se alejará el Espíritu Santo". Pascasio hizo llamar a los soldados para llevar a Lucía, pero no pudieron. Luego hizo traer bueyes, y tampoco lo logró. Convencido de que Lucía era una bruja dispuso quemarla, pero las llamas no le causaron daño alguno. Entonces decidió decapitarla.

Antes, Lucía se dirigió a la muchedumbre y les anticipó que la persecución contra los cristianos estaba llegando a su fin y que, llegaría la paz para la Iglesia. Y les profetizó que su memoria iba ser venerada en Siracusa y en Catania. Fue decapitada el 13 de diciembre de 304.

Hoy el nombre de Lucía y Águeda se mencionan unidos en la liturgia cristiana.

El cuerpo de Santa Lucía fue depositado en las catacumbas que reciben su nombre y es considerada la santa de los siracusanos. Su culto se extendió a otros lugares de Europa y llegó también a América y África. Su nombre se incluyó en la misa a partir de 604.

Desde antiguo se la considera la protectora de la vista por los prodigios que se le atribuyen.