San Isidro

Sede: Ermita de San Isidro

Procesiona: 15 de mayo

Imagen: Se trata de una imagen moderna que nos presenta al Santo Madrileño vestido de campesino con morral al hombro, como es habitual según su iconografía, sujetando una reja de arado con su mano derecha y un manojo de cereal con la izquierda en clara alusión a su ocupación como labrador.

Forma de portar el paso: Anderos

Acompañamiento musical: Agrupación Musical

Exorno floral: Variado según los años

HISTORIA

Aunque actualmente no hay cofradía como tal que le dé culto, existió hasta no hace muchos años la Cofradía de San Isidro, llamada posteriormente Hermandad de Labradores. Esta cofradía era la encargada de la Ermita de su mismo nombre fundada en 1650, donde ahora se sigue custodiando la imagen y que hace también las veces de parroquia desde 1967.

Aunque no se tienen demasiados datos biográficos sobre el santo, parece ser que vino al mundo en el seno de una familia humildísima, poco antes de la reconquista de Madrid, en una casa situada donde en la actualidad se halla la calle de las Aguas. Quedó huérfano muy pronto, así que el joven Isidro se buscó el sustento con trabajos como el de pocero hasta que finalmente se empleó como labrador.
Cuando Alí, rey de Marruecos, atacó Madrid en 1110, Isidro hizo como muchos otros y se trasladó a Torrelaguna, donde continuó con el mismo género de vida, dedicada al trabajo y a la oración, que había llevado hasta el momento. Fue precisamente en la parroquia de esta localidad donde contrajo matrimonio con una joven llamada María, natural de Uceda, cuya dote matrimonial fue una heredad en su pueblo natal, lo que fue causa de que los esposos se establecieran allí para trabajar las tierras por cuenta propia.

Aunque Isidro era piadoso y devoto, su esposa no le iba a la zaga a este respecto, ni tampoco en cuanto a laboriosidad, todo lo cual hizo -según la leyenda- que se granjearan la predilección de Dios, que los benefició con su ayuda innumerables veces, como cuando salvó milagrosamente a su hijo único que había caído en un profundo pozo o cuando permitió a María pasar a pie enjuto sobre el río Jarama y así librarse de los infundios de infidelidad que contra ella lanzaban las gentes.

En 1119, Isidro volvió de nuevo a Madrid, y entró a trabajar como jornalero agricultor al servicio de un tal Juan de Vargas. Estableció su morada junto a la Iglesia de San Andrés, donde oía la misa del alba todas las mañanas y, luego, atravesaba el puente de Segovia -las tierras de su patrón estaban del otro lado del Manzanares- para aprestarse al duro trabajo de roturar la tierra con el arado. Según narra la tradición los propios angeles araban la tierra mientras el Santo oraba, hecho este representado en una escultura cerca de la ermita del Santo en Alcalá. También se dice de él que daba cuanto tenía a los menesterosos, y aún a las palomas hambrientas cedía las migas de pan de las que se alimentaba.

Con el correr del tiempo decidieron los esposos separarse para llevar una vida de mayor santidad; marchó así Isidro a Madrid, mientras María quedaba en Caraquiz consagrada al cuidado de la ermita, la cual barría y aseaba diariamente, al tiempo que pedía limosna para costear el aceite que alumbraba la imagen. La separación duró hasta la última enfermedad del santo, cuando María tuvo noticia por un ángel de la muerte de su marido. Corrió presta a la Villa y no se separó del lado de su esposo hasta que éste exhaló su último aliento. Luego volvió a Caraquiz y, después de unos años, también murió.

Es patrón de la Villa de Madrid y de los agricultores.