Santas Justa y Rufina

TITULO OFICIAL:

Hermandad de las Santas Justa y Rufina

FICHA

Sede canónica: Parroquía de San José

Festividad: 19 de julio, aunque se celebra el domingo más cercano.

Número de Hermanos: 55

Año de Fundación: Siglo XVII

HISTORIA

Hermandad vinculada tradicionalmente al gremio de los alfareros por ser las Santas las patronas de los mismos. Desde hace siglos, en la ciudad complutense ha sido muy fuerte la presencia de la artesanía del barro. Aunque hace varias décadas que los tres alfares de Alcalá cerraron definitivamente sus puertas (los últimos fueron los de las familias Blas y Guillén, en la calle Don Juan I, y el de la calle Vaqueras), sus hijos y nietos, vinculados emocionalmente a este entrañable oficio, continúan conmemorando a sus patronas con gran respeto y cariño. Anualmente esta Hermandad se reúne a mediados de julio para celebrar una Eucaristía y posteriormente celebran una comida de fraternización.

El segundo Libro de Actas en vigor data del año 1878, ya que el primero se perdió, se puede remontar su fundación al siglo XVII. El estandarte data de 1897 y representa a las santas con vasijas a sus pies y la torre de la Giralda al fondo. Como dato curioso destacar que tanto el estandarte como el cetro son custodiados todo el año en casa del Hermano Mayor que por turno rotativo varia cada año según el listado de hermanos.


Las Santas Justa y Rufina eran hermanas, procedentes de una modesta familia de fuertes convicciones cristinas en la época de la dominación romana en España. Según cuenta la leyenda, durante los festejos callejeros en honor a Venus, donde se recogían donativos para las fiestas y se obligaba a su adoración. Las hermanas se negaron a aportarlos y a adorarlo, llegando a enfrentarse con sus portadoras, llegando el mismo a romperse.

Diogeniano, prefecto de Sevilla, las encarceló, induciéndoles a abandonar la fe cristiana, so pena de crueles martirios. Las santas se opusieron con gran valor a las inicuas propuestas del Prefecto, afirmando que ellas sólo adoraban a Jesucristo.

El Prefecto mandó que las torturasen con garfios de hierro y en el potro, creyendo que cederían ante los tormentos, pero ellas soportaban todo. Mandó entonces a encerrarlas en una lóbrega cárcel, que se cree fue en los terrenos del actual Santuario de María Auxiliadora, que allí las atormentasen lentamente con hambre y con sed.

Al ver que no cedían, obligó a las santas a ir andando descalzas hasta Sierra Morena, pero tampoco las doblegó. Tras ello las mandó encarcelas hasta su muerte, siendo Santa Justa la primera en morir, siendo su cuerpo tirado en un pozo, siendo rescatado el mismo por el obispo Sabino.

El Prefecto creyó que, estando sola, seria más fácil doblegar a Rufina. Pero al no conseguir nada, mandó llevarla al anfiteatro y echarle un león furioso para que la despedazase. El león se acercó a Rufina y se contentó con blandir la cola y lamerle los vestidos como un corderillo. Enfurecido el Prefecto, mandó degollarla y quemar su cuerpo, pero de nuevo el obispo Sabino recogió las cenizas y las enterró junto a su hermana en el año 287.

Desde entonces su Fe alcanzó fama mundial, siendo nombradas Patronas de Sevilla, además de los gremios de alfareros y cacharreros.